martes, 16 de abril de 2013

¿QUÉ QUIERE DIOS DE MÍ?


Dios te está llamando -tal vez lo ha hecho y no has sido capaz de escucharle- a sanar esas situaciones, a devolver al mundo la esperanza que Dios depositó en Él, a dar razón de esa esperanza con tus gestos y tu vida. Dios confía en ti, en tus capacidades, en tus valores y tu capacidad de entrega. Él cree en ti, aunque tú muchas veces no creas ni en ti mismo, ni en el mundo en que vives, ni en aquello que te rodea. Él apuesta por ti, porque sabe que vales más de lo que piensas, porque está convencido de que puedes dejar tu huella en la historia, porque siente que sin ti el mundo no sería el mismo. ¿Estás dispuesto a aceptar lo que te propone? Lee el texto que sigue a continuación. En él Lucas recoge un texto del profeta Iasaías. Un texto que habla de ti y de la esperanza que tú puedes hacer brotar:

"El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos; 
a proclamar el año de gracia del Señor."


Jesús dirá, comentando este texto en la sinagoga, que -hoy- se cumple lo que acababa le leer. Hoy. Sí: ¡hoy! Detente por un momento en algunas palabras de ese texto: "enviado", "anunciar", "dar libertad"... Dios confía en que tú puedes hacer todo eso. ¿A qué te estará enviando Dios? ¿Qué quiere de ti?

Conoces ejemplos suficientes de personas que han entregado la vida a  ese "hoy" de Dios: catequistas, religiosos y religiosas, sacerdotes, padres y madres de familia, jóvenes como tú...; muchos de ellos han terminado orientando su vida a la luz de Cristo, de Jesús, de Dios, que se hace uno de nosotros. ¿Estás dispuesto a dejar que Dios también ilumine tu vida? ¿Te has planteado alguna vez tu lugar dentro de la Iglesia? Dios te espera, espera tu respuesta. A lo largo de estos años te irá dejando señales, signos, de cuál será tu papel como cristiano. Pero tienes que estar atento. Tal vez dudes, tengas miedo, descoloque tus planes y objetivos, ¡Ánimo! Si respondes con fe, serás signo de esperanza para el mundo.

Pídele a Dios que te ayude a responder, que te acompañe en este camino. No será fácil... pero nadie dijo que amar fuera sencillo. Y tú estás hecho para amar como Dios non ha amado.
CONFÍA EN ÉL.


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